Description
Atraviesas la cortina y lo ves, sentado ante una mesa cuya superficie parece una espiral en movimiento.
Te espera. Tomas asiento frente a él y notas serenidad, a pesar de la terrible masa rosa, llena de dientes y de pinchos, que es su cara. Te alienta a hablar y te sorprendes contándole hasta tus intimidades más vergonzantes; es un oyente magnífico. Su voz rompe el silencio cuando te da un consejo corto y encoge uno de los dedos de su mano derecha.
Sigues hablando y vuelve a interrumpirte con otro consejo; encoge otro dedo. Quedan dos consejos, ¿qué pasará cuando se gaste el último?